AÑO DEL BICENTENARIO

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Gogó Andreu: Entrevista

Tras una espera de años comenzó en Rosario el primer juicio a genocidas

Luego de casi 26 años del retorno a la democracia en la Argentina, las víctimas del terrorismo de Estado durante la última dictadura de Rosario y su zona pudieron ver el inicio de un juicio oral y público contra algunos de sus victimarios. El Tribunal Oral Federal Nº1 (TOF 1) comenzó ayer a las 10.36 el proceso contra cinco represores imputados en la causa Guerrieri, por el secuestro, tortura, asesinato y desaparición forzada de 29 personas.La sede de bulevar Oroño del Tribunal Federal fue escenario de la primera audiencia, en una sala de reducidas dimensiones, hecho largamente cuestionado por organismos de derechos humanos y querellantes, que limitaron la asistencia de público a unas 20 personas.Sobre el estrado se constituyó el TOF 1 presidido por el juez Otmar Paulucci, acompañado por los magistrados Beatriz Caballero de Baravani y Jorge Venegas Echagüe. A un costado se dispusieron la fiscalía y la querella, y frente al tribunal se ubicaron los imputados: el ex teniente coronel Pascual Guerrieri, el ex mayor Jorge Fariña, el ex teniente Juan Amelong y los agentes civiles Walter Pagano y Eduardo Costanzo, junto a sus defensores. Tras ellos se ubicó un cristal blindado para seguridad de los imputados dejando finalmente un escaso lugar para querellantes, familiares y organismos de DDHH.Mientras tanto, en la puerta del tribunal, organismos de derechos humanos se concentraron desde temprano, cortando el tránsito en bulevar Oroño, y donde por la tarde se realizó un acto (ver aparte).La audiencia. La jornada de apertura del juicio comenzó a las 10.36, una hora y media después de lo previsto, y se extendió hasta pasado el mediodía, cuando se dispuso un cuarto intermedio. La audiencia se reanudó a las 15.30 y se dio por concluida a las 17, un poco antes de lo previsto. La explicación extraoficial fue que el tramo de la mañana se había extendido de más, pero otros conjeturaron que el motivo habría sido que a las 18 comenzaba el acto de los organismos frente al tribunal.La actividad de ayer consistió en la lectura por parte de uno de los secretarios del tribunal de las requisitorias de elevación a juicio de la Fiscalía y la Secretaría de Derechos Humanos, y se espera que hoy se complete la lectura de las requisitorias de los demás querellantes. De no haber imprevistos, en el tribunal creen que cuando se vuelva a reanudar el juicio el próximo lunes, las partes puedan hacer objeciones, y posteriormente comenzar con las declaraciones indagatorias de los imputados, para dar lugar luego a la presentación de pruebas y las declaraciones de los testigos.De entre los acusados sobresalió desde temprano el ex teniente y abogado Juan Amelong, quien llevaba una vincha blanca con la palabra "Legalidad" impresa y puesta sobre la frente. Amelong, Guerrieri, Fariña y Pagano escucharon la requisitoria de la elevación a juicio con gesto aburrido y ocasionales bostezos. Costanzo lució un chaleco antibalas por su declarado temor de sufrir represalias tras haber revelado detalles del accionar de la patota que integraba, y tuvo permiso para salir de la sala por tener presión arterial alta, por lo que fue ubicado en un espacio contiguo y acompañado por un médico del tribunal .En tanto, la abogada querellante Ana Oberlin y la fiscal Mabel Colalongo se quejaron al tribunal de que varios de los imputados tuvieron actitudes desafiantes y dirigieron miradas intimidatorias a los sobrevivientes y testigos presentes, apuntando particularmente a Pagano. El juez Paulucci conminó a los acusados a mirar sólo al tribunal so pena de ser retirados de la sala.Hasta el inicio del juicio, Amelong compartía con Fariña y Pagano el “pabellón de lesa” del penal federal de Marcos Paz, Guerrieri gozaba de arresto domiciliario en Capital Federal aduciendo problemas de salud, idéntica situación a la que usufructúa Costanzo en Rosario. Mientras dure el juicio, deberán permanecer en jurisdicción del tribunal, por lo que Costanzo sigue en su casa mientras que los otros habrían quedado detenidos en instalaciones de la Policía Federal de Rosario.El público. En la sala de audiencias se pudo ver a la vicegobernadora, Griselda Tessio; el ministro de Justicia, Héctor Superti, el diputado provincial Eduardo Di Pollina (PS) y la diputada nacional Verónica Benas (SI). Más atrás lograron seguir las alternativas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. La sala, con poco espacio, estaba atestada y sólo hubo lugar para los pocos acreditados. También estuvieron los querellantes Juan Rivero, Ramón Verón y Eduardo Toniolli. En la puerta del tribunal también estuvo el diputado electo y ex intendente de Morón Martín Sabbatella.La prensa pudo seguir las alternativas desde una pantalla gigante en la Cámara Federal, de Entre Ríos al 400, donde puede asistir también el público en general, previa acreditación. También se podrán ver los tramos del juicio que autorice el tribunal en www.santafe.gov.arLas víctimas.
La causa Guerrieri unificó los expedientes conocidos como Quinta de Funes y Fábrica de Armas Domingo Matheu ya que tiene a los mismos cinco imputados. Se investigan los crímenes cometidos en esos dos centros clandestinos, y los conocidos como La Calamita, la escuela Magnasco de Rosario y La Intermedia, este último que funcionó en una quinta de la familia Amelong cerca de la localidad de La Ribera.Las víctimas de la causa Quinta de Funes son Jorge Novillo, Eduardo Toniolli, Stella Hillbrand, Carlos Laluf, Marta Benassi, Miguel Tossetti, Oscar Capella, Ana Gurmendi, Fernando Dussex, Pedro Retamar, María Reyna Lloveras, Teresa Soria, Liliana Nahs, Marta Forestello, Jaime Dri, Raquel Negro, Tulio Valenzuela, Carlos Novillo, Alejandro Novillo, Graciela Zitta, Susana Zitta, Ema Stella Buna. En la causa Fábrica Militar, las víctimas son Susana Miranda, Ariel Morandi, Adriana Arce, Ramón Verón, Juan Rivero, Olga Moyano e Hilda Cardozo.

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